A la hora de diseñar, fabricar e instalar la puerta de una cámara frigorífica -una puerta, por tanto, que debe garantizar una estanqueidad adecuada al frío- es fundamental elegir los materiales y componentes oportunos que garanticen el rendimiento esperado.
Sin embargo, no hay que olvidar que la puerta de una cámara frigorífica nunca existe como elemento aislado, sino que siempre debe «funcionar» en relación con su contexto, formado por elementos como el suelo y las paredes de la cámara.
Esto complica considerablemente el trabajo de diseño de la puerta, ya que no basta con identificar los productos más eficaces y adecuados desde el punto de vista técnico, sino que es necesario tener en cuenta las condiciones de su entorno de instalación y realizar las modificaciones y los ajustes pertinentes.
Qué elementos externos afectan al rendimiento de la puerta
Para que una puerta de cámara frigorífica funcione a la perfección, es imprescindible que las paredes de la cámara sean planas, perpendiculares y que estén niveladas, y que el suelo no tenga una pendiente excesiva. Ambos elementos pueden ser especialmente problemáticos, porque las paredes no siempre son perfectamente rectas y porque los suelos de las cámaras frigoríficas a veces se diseñan deliberadamente para que tengan cierta inclinación (por ejemplo, si hay un desagüe en el centro de la cámara para drenar líquidos).
Estas situaciones, si se evalúan adecuadamente, no impiden obtener una puerta muy eficiente. Sin embargo, es cierto que la puerta estará sometida a importantes tensiones, que podrían ponerla a prueba. Por este motivo, es importante tener en cuenta todos estos aspectos desde la fase de diseño de la puerta de la cámara, para tomar decisiones correctas y para estar informado a la hora de elegir los diferentes componentes. Pero, por desgracia, esto no siempre es posible, y algunos problemas no surgirán hasta la fase de construcción, una vez que la puerta está fabricada y lista para ser instalada. También conviene tener en cuenta que el suelo de la cámara no siempre está completo cuando se instala la puerta, lo que complica aún más las cosas.
Una puerta mal diseñada no es necesariamente una puerta inadecuada, pero probablemente no garantizará un rendimiento óptimo a lo largo del tiempo. A la larga, los elementos externos afectarán a la estanqueidad de la puerta y provocarán un desgaste más rápido de los componentes y las juntas, que además pueden desgastarse de forma desigual (es habitual, por ejemplo, que una de las poleas de una puerta corredera se desgaste antes que la otra).
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Cómo evitar que los elementos externos a la puerta afecten a su rendimiento
Como hemos dicho, la primera estrategia para superar este tipo de problemas se basa en un diseño correcto. Es importante tener en cuenta las características de las paredes y los suelos de la cámara desde el principio de la fase de diseño, para poder identificar el tipo de puerta más adecuado en relación con el contexto real en el que se va a utilizar: por ejemplo, en ciertos casos será preferible optar por una puerta corredera con un riel de pared en lugar de un riel de suelo.
Otro elemento esencial es la elección de componentes que sean flexibles y que, por lo tanto, proporcionen una ayuda concreta al diseñador y, posteriormente, al instalador que lleva a cabo la instalación. Las bisagras de Intertecnica, ajustables en tres ejes, permiten gestionar de la mejor manera posible las posibles variables debidas al contexto, garantizando una buena estanqueidad en los cuatro lados donde entran en contacto puerta, pared y suelo.