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Puertas para cámaras frigoríficas: tipos y métodos de mantenimiento

Puertas para cámaras frigoríficas: tipos y métodos de mantenimiento

La presencia de una puerta eficiente es una característica indispensable de una cámara frigorífica verdaderamente funcional y energéticamente eficiente. La puerta, de hecho, es el elemento de la cámara sometido a más estrés, ya que puede abrirse y cerrarse hasta cientos de veces al día. Equiparse con el tipo de puerta más adecuado a nuestras necesidades y elegir bisagras, juntas, rampas y manillas de alta calidad es esencial para mantener una puerta de cámara frigorífica en funcionamiento a lo largo del tiempo y aprovechar al máximo su poder aislante, reduciendo así el consumo de energía. Aquí están los principales tipos de puertas disponibles en el mercado.

 

Puertas aislantes y semiaislantes

En el contexto de una cámara frigorífica, las puertas pueden ser aislantes – es decir, capaces de aislar térmicamente el entorno – o semiaislantes – es decir, utilizadas únicamente por razones logísticas y de regulación del paso.

Las puertas semiaislantes, como su nombre indica, no garantizan un rendimiento específico en términos de resistencia al frío; es el caso, por ejemplo, de las puertas de una o dos hojas que separan determinadas cámaras frigoríficas de salas que no deben mantenerse a una temperatura predefinida, como las puertas de las oficinas. Otro ejemplo son las puertas de vaivén que separan salas que deben estar separadas por razones logísticas y normativas, como las zonas donde se procesan distintos tipos de alimentos en las empresas de la cadena agroalimentaria. En todos estos casos, Las puertas semiaislantes no están diseñadas para impedir la entrada de frío.De hecho, a veces es la propia normativa la que prescribe que no se cierren de forma completa: es el caso de las puertas que, por ley, deben estar equipadas con dispositivos que impidan que los dedos de los operarios queden aplastados, con lo que nunca se consigue un aislamiento completo del entorno.

Las puertas aislantes, por su parte, son capaces de garantizar ciertas prestaciones en términos de protección contra el frío, y se distinguen en puertas aislantes para baja temperatura, capaces de mantener la temperatura del interior de la cámara por debajo de cero, y puertas aislantes para temperatura normal (por encima de cero). Para conseguir estos diferentes resultados en términos de estanqueidad, durante la fase de diseño se define el grosor del aislamiento de la puerta, que puede variar de 60 a 200 mm en función de la temperatura que deba alcanzarse. 

Independientemente del grosor de la puerta, la presencia de componentes de alto rendimiento es esencial para que pueda desempeñar correctamente su función: el cierre, las juntas, las bisagras y las rampas son, de hecho, los componentes que soportan constantemente las tensiones a las que está sometida la puerta, y su eficacia es esencial para garantizar un sellado del frío adecuado y evitar el desperdicio de energía.

 

Cómo elegir el tipo de puerta aislante que mejor se adapta a tus necesidades 

Las puertas aislantes, independientemente de la temperatura que deban mantener en el interior de la cámara, se dividen en dos tipos principales:

  • Batientes (de una o dos hojas)
  • Corredizas (de una o dos hojas)

La preferencia por un tipo concreto de modelo depende esencialmente de la disponibilidad de espacio y de la elección logística. En el caso de una puerta colocada en un pasillo, por ejemplo, es sin duda conveniente optar por una solución corrediza, ya que una puerta batiente reduciría o impediría el espacio necesario para el paso; por el contrario, una puerta batiente (quizá con dos hojas) puede ser la única solución si las paredes de la cámara no son lo suficientemente grandes como para permitir que la puerta se deslice. Una puerta corrediza suele ser preferible en los casos en que el espacio que debe cerrarse es especialmente grande o cuando deben pasar por la puerta palés de gran tamaño, que pueden ser difíciles de mover teniendo en cuenta la presencia de la hoja de la puerta batiente. Todos estos elementos deben evaluarse cuidadosamente durante la fase de diseño, para escoger al tipo de puerta más adecuado en función de las características específicas del entorno en el que se utilizará. 

Otra evaluación importante que debe hacerse durante la fase de diseño es la de si deben incluirse sistemas de automatización para regular la apertura y el cierre de las puertas. De hecho, optar por una puerta automatizada puede ser especialmente conveniente en el caso de puertas medianas o grandes, o en el caso de puertas que se abren y cierran con mucha frecuencia. De hecho, el sistema de apertura y cierre automáticos no solo protege la puerta de los impactos, sino que también garantiza un mejor sellado del frío y, por tanto, una mayor eficiencia energética, ya que asegura que la puerta siempre se cierre correctamente, lo que puede no ocurrir con la intervención manual.

 

 

 

 

El mantenimiento de las puertas aislantes

Para que una puerta aislante siga siendo perfectamente eficaz en todo momento, es importante tratar de minimizar los golpes a los que se ve sometida, sabiendo al mismo tiempo que una cierta tensión es inevitable. 

Intertecnica desarrolla sus productos con el objetivo de minimizar la necesidad de intervención en los distintos componentes de la puerta, para alcanzar la meta de ofrecer a sus clientes componentes completamente libres de mantenimiento. En el caso de bisagras y rampas, por ejemplo, el uso de materiales autolubricantes especiales como la resina acetálica evita la necesidad de lubricar manualmente los componentes, sin que ello afecte a la eficiencia de la puerta en su conjunto.

Para facilitar al máximo la limpieza, Intertecnica también ha diseñado componentes ergonómicos y funcionales para eliminar fácilmente el polvo, la suciedad u otros cuerpos extraños que podrían restar eficiencia a la puerta aislante.