Diseñar la puerta de una cámara frigorífica requiere una larga serie de valoraciones que revisten un carácter esencial para conseguir el producto perfecto que se adapte a las necesidades del cliente final.
La puerta ideal, de hecho, deberá ser capaz de funcionar eficazmente y durar mucho tiempo, manteniendo en todo momento un rendimiento óptimo y facilitando el funcionamiento del entorno en el que esté instalada.
He aquí, según Intertecnica, los 6 elementos fundamentales que hay que tener en cuenta a la hora de diseñar la puerta de una cámara frigorífica para tener la seguridad de haber hecho la elección correcta, lo que garantizará la obtención de un producto realmente eficaz.
- Modalidad de acceso a la cámara frigorífica: la puerta de la cámara frigorífica debe ser, en primer lugar, funcional en relación con la modalidad con la que se usará, y es por ello que la modalidad de acceso a la cámara frigorífica es el primer elemento a considerar en la fase de diseño. Una cámara frigorífica de tamaño relativamente pequeño, a la que el personal encargado de depositar y extraer los productos accede sin necesidad de ningún tipo de equipo, puede tener una puerta de características muy diferentes a la de una cámara frigorífica en la que esté previsto que los operarios entren con un carro o una carretilla elevadora. Por lo tanto, el tamaño de la puerta debe estar adaptado al paso de las mercancías que se vayan a almacenar y manipular, con el fin de evitar dispersiones durante la apertura. Pero el abanico de posibilidades no se limita a esto: existen grandes almacenes frigoríficos totalmente automatizados, en los que los carros que mueven la mercancía entran y salen de la celda mediante puertas automáticas.
- Entorno de la instalación: otro elemento que hay que tener en cuenta durante la fase de diseño es la estructura del edificio en el que se instalará la cámara frigorífica. Si, por ejemplo, la cámara se localizará en un pasillo estrecho, será necesario tener en cuenta este aspecto e identificar el tipo de puerta que permita reducir al máximo el espacio, así como la posible presencia de esquinas que dificulten el paso o el acceso a la cámara. El tipo de suelo, o la posible presencia de escalones, también deben tenerse en cuenta debidamente ya desde las primeras fases del proyecto.
- Espesor: una vez identificado el tipo de puerta que se prefiera y tras haber definido sus medidas, conviene concentrarse en una serie de aspectos más estrictamente técnicos. El primer elemento a determinar es el espesor de la puerta a realizar, y en este caso básicamente se puede elegir entre dos opciones. Se puede realizar una puerta del mismo espesor que la pared de la cámara, para mantener el mismo nivel de aislamiento, o se puede optar por una puerta de mayor o menor espesor, en función de la organización interna y de la disponibilidad de componentes y accesorios.
- Motorización: muchas puertas, sobre todo si son relativamente grandes, no pueden moverse manualmente, por lo que la posibilidad de incluir un sistema de motorización debe considerarse al principio de la fase de diseño. Si se considera necesario el sistema de motorización, éste deberá diseñarse adecuadamente en relación con el peso y el tamaño de la puerta.
- Materiales y componentes: una de las características fundamentales de una puerta para una cámara frigorífica es su capacidad para mantener su eficacia a lo largo del tiempo, por lo que es importante que durante la fase de diseño se elijan componentes (juntas, bisagras, manillas, poleas, accesorios, etc.) de alta calidad. Los componentes de la puerta deben estar fabricados con materiales técnicos que garanticen la robustez y la durabilidad: por esta razón Intertecnica ofrece componentes realizados con tecnopolímero que no requieren mantenimiento y que han sido probados y comprobados para garantizar unos márgenes de seguridad muy elevados.
- Diseño: una vez definidos todos los aspectos relativos a la fabricación de la puerta, hay una última característica que merece la pena tener en cuenta: el diseño, que suele estar ligado a factores económicos y funcionales. La elección entre una puerta empotrada, semiempotrada o superpuesta también puede estar motivada por consideraciones estéticas, sin dejar de lado el resto de consideraciones prácticas y de producción necesarias. Una puerta empotrada, por ejemplo, desaparece completamente en el espesor de la pared, proporcionando un efecto visual muy agradable, y además es más fácil de manejar desde el punto de vista de la limpieza. Todos estos aspectos deben evaluarse cuidadosamente durante la fase de diseño para elegir la solución óptima desde el punto de vista de la funcionalidad, de la relación calidad-precio y del resultado estético que se desea obtener.